Después
de tres días intensos de oraciones, plegarias y ofrendas a Nuestra Madre y
Señora del Alcázar en la Parroquia de El Salvador, al amanecer del día 4 de
Octubre, festividad de San Francisco de Asís, la Patrona de Baeza y Alcaldesa
Perpetua de este Nido Real de Gavilanes se dirige hacia el lugar donde antaño residió.
Poco a poco y rezando el Santo Rosario llegamos a la plaza del Pópulo, a la plaza del pueblo, pueblo que la admira y que la lleva por bandera allá donde vaya.
La mañana va abriendo y un tímido sol quiere asomarse entre las nubes para saludarla mientras Ella se adentra triunfal en el sendero del cerro. Bella estampa la de nuestra Reina y Señora caminando entre la multitud con las empinadas calles y esbeltas torres de su querida Baeza como telón de fondo, acompañada de las enseñas marianas de la localidad.
Para recibirla con honores, el cielo abre y despliega un colorido arco iris que por unos momentos se transforma en el dintel de la puerta de la que un día fuese su casa, los ángeles impregnan el lugar de una suave fragancia a incienso y flores frescas, la multitud congregada rompe en aplausos y los sones del Himno a Baeza es magistralmente interpretado por la Banda de Música, todo ello a una misma vez. Es en ese momento cuando se produce la entrada apoteósica en el lugar de la Soberana de Cielos y Tierra, Emperatriz de esta tierra de verdes olivares, dueña de nuestros corazones y musa de nuestros sueños, donde la esperan la alcaldesa de la ciudad y el arcipreste de la misma, el consiliario y el presidente de la agrupación arciprestal de cofradías, y el hermano mayor de la Real Archicofradía patronal.
Después
de presidir el descubrimiento de un monolito que rememora su estancia en el cerro
tiempo ha, la Santísima Virgen continúa su discurrir por el mismo trayecto que
en aquel tiempo la llevó hasta la Iglesia de San Andrés: Paseo de las Murallas,
San Benito, San Pedro, Santa Catalina y Puerta de la Luna.
Desde la torre catedralicia comienzan a llover pétalos a la vez que comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, y en la plaza de Santa María los caballistas de nuestra ciudad salen a su encuentro.
Presurosa se encamina hacia Santa Cruz donde queda instalado un precioso altar y los niños de la Vera Cruz la saludan con sus inocentes cantos. Sin tiempo para el descanso, María Santísima del Alcázar se dirige hacia la plaza de España cuando, el cielo comienza a llorar porque la visita de la Señora a los baezanos va terminando, y se ve obligada a refugiarse por unos minutos en los soportales de la antigua plaza del Mercado, algo tan sorprendente e inusual como bonito.
Desde la torre catedralicia comienzan a llover pétalos a la vez que comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, y en la plaza de Santa María los caballistas de nuestra ciudad salen a su encuentro.
Presurosa se encamina hacia Santa Cruz donde queda instalado un precioso altar y los niños de la Vera Cruz la saludan con sus inocentes cantos. Sin tiempo para el descanso, María Santísima del Alcázar se dirige hacia la plaza de España cuando, el cielo comienza a llorar porque la visita de la Señora a los baezanos va terminando, y se ve obligada a refugiarse por unos minutos en los soportales de la antigua plaza del Mercado, algo tan sorprendente e inusual como bonito.
Encarado
el tramo final del itinerario encontramos otro bello y sencillo altar en la
Iglesia de la Purísima Concepción y, frente al antiguo Convento de San
Francisco nuevamente llueven los pétalos. Durante todo el recorrido, vecinos,
cofrades y enfermos salen a su encuentro, y Ella, generosa y caritativa, se
detiene frente a ellos para consolarlos y aliviarlos con su carga. El mediodía
se cierne ya sobre nuestras cabezas y a la misma hora del Ángelus, la bella
Doncella baezana y Madre virtuosa hace entrada en su actual sede, recibida por
los cofrades de la feligresía y los estandartes marianos repartidos por las
naves del templo, comenzando seguidamente la Sagrada Eucaristía de Acción de
Gracias presidida por D. Francisco Juan Martínez Rojas, Deán-Presidente de la S. I. Catedral, en honor a Santa María del Alcázar, ojalá, pronto coronada.
Desde nuestro Blog queremos agradecer a D. Manuel Salazar Rodríguez y a Dña. Pilar Almonacid Rodríguez por su colaboración para la confección de esta crónica de un día que quedará grabado en la memoria de todos los baezanos que vivieron esta jornada histórica y de esta forma queremos transmitir, a través de esta página, todo lo vivido.
Texto: Manuel Salazar Rodríguez.
Fotografías: Pilar Almonacid Rodríguez.